Hoy os traigo la sesión de recién nacido de Adrián, un bombón rubio de 11 diítas que se portó como un campeón. Nació a las 38 semanas y fue un parto largo y algo complicadillo pero en compensación este rubiales precioso hizo las delicias de todos nosotros mientras le hacíamos las fotos. A veces me preguntáis cómo se hace para reservar la fecha de estas sesiones newborn cuando un parto natural puede adelantarse o atrasarse. No hay ningún problema. Yo me apunto la fpp (fecha probable de parto) y dejo un margen alrededor de ese día para poder hacer las fotos antes o después. Lo más importante (sé que soy cansina con el tema pero es que es esencial) es no dejar pasar más de 2 semanas desde que nazca, y a ser posible, no más de 12 días. Así conseguiremos estas posturas fetales taaan bonitas y que tanto os gustan...
¡¡Me como esos pies!!. Siento debilidad por los piececillos de los recién nacidos. Hay padres que prefieren que retoque cada pielecita del bebé. Otros quieren recordar esos primeros días tal como era. A mí la verdad es que me encanta dejar esos detalles que tan pronto desaparecen y que no son en absoluto un defecto sino un rasgo más de los recién nacidos.
Arropado por lanas naturales, Adrián estaba tan a gustito. Comenzamos con tonos aguamarina y beige, que yo creo que le iban de maravilla, y seguimos por un delicado tono salmón o melocotón.
Estaba para comérselo. Al haber nacido antes de la fecha, todavía tenía un sueño profundo. Ya sabéis que tenéis un espacio en el estudio para dar el pecho con tranqulidad. No obstante, si así lo preferís, siempre os pido que traigais varios bibes llenos a la sesión, ya sea de leche materna o artificial. Con la tripita llena es más fácil que caigan en los brazos de Morfeo. Me encanta cuando gesticulan mientras duermen. A veces sonríen, otras fruncen el ceño... Sólo están repitiendo gestos sin más pero parece que están pensando en algo muy profundo ;-)
47 centímetros de pura dulzura. A sus papás se les cae la baba con él.
A mi tocaya Ruth y a su marido Roberto se les ve a la legua la felicidad inmensa por la que están pasando. Hay parejas en las se nota muchísimo el cansancio e incluso los roces en la relación. Pero ellos estaban radiantes y muy unidos. Sin duda Adrián ha llegado como la guinda del pastel.
No hay mejor cuna que los brazos de una madre o un padre...
Estas fotografías, además de decorar su casa, les recordarán para siempre lo felices que les hizo la llegada de Adrián, y eso vale oro.
¡Felicidades, familia!
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