domingo

Vega. Sesión de recién nacida. 12 días de vida

¿Os acordáis de la sesión de embarazo en la que os enseñaba a Ana, una preciosa matrona? Pues aquí tenemos a la joyita que albergaba en su interior: Vega. De hecho, unos días antes hicimos el molde de yeso en la tripa de Ana y en esta sesión lo usamos a modo de cunita para que la niña se sintiera "como en casa", sobre mullida lana virgen natural. Al fin y al cabo, es el espacio al que está acostumbrada, en el que ha ido creciendo durante 9 meses.

Si tenéis intención de hacerlo hay algunos trucos: mejor no hacerlo sola, que tu pareja te ayude. Y colócatelo de pie. Se seca rapidísimo y así quedará con una bonita forma de bowl. Y, por supuesto, luego el molde puede guardarse de recuerdo, se puede pintar, etc...

Creo que allí dentro fue el único momento en el que conseguimos que Vega se durmiera durante escasos minutos. No os miento si os digo que ha sido la sesión más difícil de mi vida. La edad en estas sesiones es un hándicap, aunque ella todavía tenía 12 días, estaba en una edad muy buena, pero se ve que es una bebé con ganas de comerse el mundo y no quiere perderse ni un minuto. Mis hijas también fueron así y para los padres es algo desesperante pero paciencia, que todo pasa... Aún así no me cansaré de deciros que es mejor hacer estas sesiones de recién nacidos no más tarde de los 10 días de vida. Los bebés aún mantienen las posiciones fetales y las fotos quedan espectaculares.

La verdad es que la pobre Vega, al nacer en invierno y con un hermanito de guardería, empezó su andadura con resfriados y virus, así que también es normal que no estuviera muy flamenca. 

Pero, al igual que en la sesión de embarazo Ana, su mamá, hizo más hincapié en las fotos de familia. No le importaba que la niña estuviera despierta. Lo que quería era tener el recuerdo de esos primeros días tan especiales con su hermanito -principalmente- y con sus papás.

Y aquí la tenéis con Leo, su simpático hermano "mayor", que durante la sesión la abrazaba, la besaba y hasta le contaba cuentos. ¡Para comérselo!

En brazos de mamá todo es distinto... Ese olorcito de la leche materna parece que los hipnotiza...

Y con la familia al completo. A veces una simple foto de familia transmite muchísimo sobre la historia de sus miembros, y en este caso sobre esos primeros días tras la llegada de un ser nuevo. Me gusta analizar las miradas verdaderas, las que no posan: esos ojos cansados pero orgullosos de una supermamá junto a sus 'cachorros', un hermano mayor que mira receloso a su nueva hermanita, para él, toda una desconocida... Ese padre que mira tierno, condescendiente e incluso con un puntito de tristeza a su primogénito destronado, y, por fin, esa flamante mirada de una recién nacida que tiene todo el mundo aún por descubrir y que, sin quererlo, nos mete de lleno en la escena. Por eso mismo amo la fotografía, porque es cierto que en ocasiones una imagen habla más que mil palabras.

 Y, por supuesto, no podemos dejar de lado fotos más divertidas, como esta...

Aquí tampoco falta el juego de miradas: esa Vega que mira a su padre como diciendo "papi, sácame de aquí, a ver qué me va a hacer este hermano mío" 

Y eso es la vida. Y son momentos que pasan muy rápido. Y es una pena no dejarlos plasmados en fotografías. 

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