jueves

Sesión otoñal en familia

 

¿Qué tendrá el otoño que es tan fotogénico? Cada especie de árbol pierde las hojas a un ritmo. Al marchitarse nos van dejando un precioso colorido que va desde los verdes a los marrones pasando por los amarillos, los anaranjados... Además la luz cálida crea un ambiente bucólico y acogedor.


A muchos les da pereza hacer fotos en exteriores en esta estación. Tienen miedo del frío, de que se ponga a llover, y erróneamente piensan que la luz es mala. pero a mí me encanta cuando me lo pedís. Los papás de Yago lo tenían claro, así que les llevé a un precioso paraje con un bosque, un río, un viejo puente de madera... Hasta improvisé una cabaña tipo teepee para el peque, que estaba encantado. 


Suelo aconsejar hacer la sesión al atardecer, concretamente una hora y media antes de que el sol se ponga. Esto tiene una explicación y es lo que los fotógrafos llamamos “la hora dorada”: es el momento en que la luz es más perfecta porque los rayos largos se difuminan por todo el cielo y crea un brillo especial muy favorecedor que consigue tonos de piel preciosos y retratos deliciosamente cálidos.


¿Y sabéis qué? Un poco antes de la hora acordada se puso a llover. Este es el mayor miedo que tienen las familias a la hora de contratar una sesión de exteriores en otoño. ¡Pero no hay ningún problema! En este caso les llamé, les dije que llovía y esperamos a que escampara.
 

La luz es incluso más bonita después de llover. Si no para y el tiempo es horrible, hay tres opciones: si no os apetece mojaros posponemos la sesión sin problemas o la hacemos en el estudio. Otra alternativa es buscar un sitio cubierto bonito cerca de la zona de la sesión y alternarlo con el exterior si vemos que escampa ¿Y si sois aventureros? Pues en ese caso yo tengo la protección necesaria para que el equipo no sufra. Si queréis seguir adelante tendréis una sesión bajo la lluvia ¡de lo más especial y bonita!. 


Pero, como os digo, en este caso escampó...


Esta familia tenía claro que una de las fotos la querría en grande para el salón. En ese caso es bueno pensar en la gama cromática de la estancia que queréis decorar, para coordinar sutilmente la ropa con ella.


En su caso, tienen cortinas con motivos en granate, por lo que les dije que trajeran algo de ese color. Siempre os doy una guía de cómo vestir para la sesión. Ellos trajeron varios cambios pero de fácil transición. Empezaron Yago y su papá conjuntados con vaqueros y camisa celeste. La mamá, con un traje de chaqueta negro. Añadiendo una simple jersey oversize (ella), una americana (él), unos tirantes y un gorro (el niño)... ¡ya tenemos otro estilismo!. 


¡Cómo nos divertimos con Yago! Es una gozada de niño, muy ingenuo, cariñoso, divertido y tranquilo.


Inventé mil y una historietas para sacar toda su expresividad. 


¡No me digáis que no es para comérselo!


Los padres estuvieron muy participativos ¡y lo pasamos pipa los cuatro!




El tercer cambio de ropa para Yago, como veis, fue simplemente añadir un jersey y quitar el gorro. 


¡Qué seriecito parece! jajaja Fue para morirse de la risa cuando su madre le dice que como se está portando muy bien cuando acabemos le compra alguna cosita (refiriéndose a un chupachups o algo así) y el muy listo le dice que vale, ¡que unas botas de fútbol!


Para mí es un privilegio poder entregarles fotos que perdurarán para siempre en su álbum de recuerdos.


Cuando anochecía encendimos un farol, casi como preámbulo de la Navidad. Fue una tarde estupenda con una familia que transmite amor por todos sus poros.


Espero que os hayan gustado. Y recordad que aún podéis participar en el sorteo de una sesión. AQUÍ tenéis toda la información. 

¡Suerte!

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