Hoy os traigo a otras dos hermanitas en un escenario mágico, el más minimalista de todos. A veces sólo hacen falta unos cuantos detellos para evocar la Navidad...
Tiene una ventaja, además, y es que puedes tener estas fotos expuestas todo el año aunque ya no sea Navidad porque es muy atemporal. Al ser tan limpio y elegante queda bien en cualquier estancia. Un consejo que os doy: las fotos no se hacen para guardarlas en un disco duro: lo bonito es exponerlas. Por eso yo ofrezco todo tipo de soportes: desde los clásicos lienzos, álbumes y fotos enmarcadas hasta cajitas con las fotos, bastidores de madera redondos, grandes ampliaciones en metacrilato o aluminio... Sólo tenéis que pedir por esa boquita pero nunca dejéis las fotos abandonadas dentro de un ordenador porque pierden todo su sentido y además un día el ordenador hace "PLOF" y adiós fotos para siempre.
Pero bueno, volvamos a estas dos ricuras: Lucía y Marta, 6 y 4 años. Me las como con patatas. Su madre es una queridísima y vieja amiga mía y sus hijas han salido tan 'salás' como ella. Se portaron fenomenal. La peque me hacía mucha gracia con las caras que ponía pero sobre todo me gustó captar la complicidad entre hermanas. Creo que cuando sean mayores guardarán estas fotografías como oro en paño. Y de eso se trata.
La mamá me confesó que había sentido envidia sana de las fotos de Navidad de sus sobrinos el año pasado y decidió que este año sus hijas no se podían quedar sin mi sesión navideña. Para mí es todo un privilegio captar estos momentos tan dulces, os lo digo siempre pero es que es la verdad.
Como veis, con un pequeño cambio, como pasar de gorro y bufanda a un
simple lacito de color, ya tenemos otro estilo más atemporal, unas fotos
que sirven para cualquier estación del año.
Muy prontito os traeré más ejemplos de sesiones navideñas.
¡Feliz fin de semana!