Ayer Valeria recibió la Primera Comunión y hoy os enseño la sesión en exteriores que le hice en abril. Sé que muchas mamás tenéis miedo de que se manche el vestido haciendo el reportaje de Comunión en jardines pero creedme que es muy raro que eso suceda, al menos a mí nunca me ha pasado.
Eso sí, siempre elijo lugares que no estén embarrados y tengo la precaución de llevar una sábana o manta para el suelo cuando es necesario. Me preguntáis muchas veces qué tipo de sesión es mejor, si en estudio o en exteriores y siempre os respondo lo mismo: cada una tiene su encanto y sus ventajas. De hecho, con Valeria, como con muchas otras niñas, en realidad hicimos ambas en el mismo día -aquí sólo os enseño una parte para no aburriros-.
Las principales ventajas de hacerla en exteriores son los grandes espacios y el juego que nos ofrece la inimitable naturaleza. Además, cuando la niña o el niño es tímida/o sí que es muy aconsejable porque se ve más libre y está más natural. Puedo usar grandes teleobjetivos cual paparazzi para hacerles 'robados' casi sin que se den cuenta.
Y por supuesto puedo aprovechar la luz natural sin artificios, mi favorita. Valeria estaba tan guapísima y risueña que poco más necesitaba...
Jugué mucho con los contraluces, los reflejos, y esos tonos dorados del atardecer que tanto favorecen. Valeria llevaba un precioso vestido de Manuela Montero -si no me equivoco, el modelo Magnolia- y un tocado floral en el pelo que pusimos y quitamos de mil formas para dar variedad a la sesión. También se hizo fotos con ropa de calle pero esas os las enseño otro día.
A veces las fotografías nos transportan a mundos lejanos sin salir de casa. Mientras hacía este reportaje en Madrid me imaginaba que estábamos en Japón, ¡no me preguntéis porqué! Imagino que por los cerezos en flor y en cierto modo por el minimalismo del hormigón gris unido a la vegetación... Esa luz y esos colores estuvieron muy presentes a la hora de editar la sesión.
¡Menuda espalda tan bonita! y qué joyas de diseños de Comunión tenemos, la verdad.
También fue, como os digo, una sesión llena de reflejos, tanto por el cristal como por el lago tan bonito que busqué para la ocasión, con patitos y todo...
Valeria se lo pasó fenomenal y yo también con ella. ¡Felicidades, preciosa! Ya ha pasado tu gran día pero podrás revivirlo y recordar lo guapísima que estabas cada vez que veas tu álbum de Comunión.
No sólo hago comuniones, ¡palabrita! pero en el último mes sí que es lo que consume casi todo mi tiempo, pero yo, feliz. Muy pronto os iré enseñando más reportajes de todo tipo. Si necesitáis hablar conmigo ya sabéis que podéis hacerlo a través del email: info@ruthzabalza.com
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