jueves

Comunión entre hermanas. Andrea y Martina


































Hoy os traigo las fotos de Comunión de dos hermanas de distintas edades, Andrea y Martina. Muchas veces me preguntáis si merece la pena hacer fotos el mismo día de la Comunión, dado que en la parroquia casi siempre hay ya un fotógrafo en exclusiva. Dudáis si es mejor que vaya sólo al restaurante ese día o bien hacer una sesión previa o posterior.

Os diré que cada tipo de reportaje tiene unas ventajas e inconvenientes. Las ventajas de hacer las fotos el mismo día de la Comunión son varias: los niños (sobre todo las niñas) se sienten más especiales al no haberse puesto NUNCA su vestido. Además, si en su Comunión están sus primos o amigos quedan imágenes para el recuerdo que difícilmente se podrían repetir otro día. Muchas veces los familiares vienen incluso de otras provincias o países para la ocasión, es una oportunidad. Y, por supuesto, los niños estarán contentos, libres, espontáneos, pletóricos... son unas fotos poco dirigidas. Vuestro temor suele ser no poder conseguir un reportaje bonito si están por ahí jugueteando y sin parar. Pero ahora vais a comprobar que SÍ es posible y que quedan preciosos.

 Y si el lugar donde se celebra la comunión es bonito, ¡para qué queremos más! En este caso, los papás de Andrea y Martina eligieron El Rancho de la Aldegüela, en Segovia. Fundado hace más de 30 años, se asienta sobre una finca agrícola del siglo XVII que antiguamente se dedicaba al esquileo de ovejas y hoy se ha convertido en un precioso hotel-restaurante con jardines cuidadísimos y elementos antiguos bien conservados, como puertas, suelos de arcilla, vigas de madera... y rodeado de montañas y un paisaje de gran belleza, aunque lo más bonito aquí son ellas, las hermanas Andrea y Martina, que no pueden ser más lindas.

 Llevaban vestidos de Mon Air, casi iguales, con el mismo encaje, la falda de tul y el gran lazo en la espalda. Pero a la vez adaptados a cada una: manguitas cortas para la pequeña Martina, mangas francesas para su hermana Andrea. Estaban guapísimas y me pareció un acierto total el peinado romántico adornado con coronas de flores, también de Mon Air.

 Sólo les 'robé' unos minutos para hacerles fotos mirando a cámara. El resto del tiempo dejé que jugaran, que se contaran secretos, que corrieran... para mi gusto son las mejores instantáneas.

 Como veis, Martina estaba melladita. A mí me parece que estaba graciosísima así pero su madre también quiere tener fotos con todos los dientes jeje, así que también haremos con ellas una sesión posterior. Es una de las opciones más demandadas: hacer una sesión previa o posterior y además hacer el reportaje el mismo día de la Comunión. Así sí que no nos perdemos nada.

 Siempre intento buscar la esencia de cada niño, me gusta reflejar su personalidad en las fotos, y, en el caso de fotos de hermanos, la relación entre ellos.

 Nada como dejarles jugar a su aire, correr, divertirse...

 Andrea y Martina estaban comodísimas con sus alpargatas a juego con los vestidos. Qué preciosidad, qué guapas iban, ¿verdad?


 Mientras ellas jugaban yo sacaba jugo a cada ángulo...


 Cuando la Comunión es de dos hermanas es muy bonito hacerles fotos juntas, por supuesto, pero también hay que dar protagonismo a cada una por separado, como en las siguientes fotografías...


 Ya veis que en la finca no faltaban elementos naturales para enmarcar a estas dos bellezas... Aquí Martina ya estaba cansadita, necesitaba comer. Hay que tener mucha psicología con los niños y cuando están de "noes" es mejor dejarles un poco tranquilos, que se recuperen y luego seguir, para que no salgan con caras largas en las fotos. Si os puedo dar un consejo: nunca forcéis a los niños a sonreír ni a ponerse de una determinada manera para la foto. No funciona. Es mejor jugar con ellos o darles un margen.

 Aquí aún le faltaban las fotos con su familia y ya se fueron a comer. Sus papás estaban tan guapos como ellas.

Y después de la comida... ¡llegó la juerga! Primero un Candy Bar, o mesa de dulces, por las que los niños se vuelven... ¡¡locos perdidos!!

 Hay que pensar con antelación, conocer mucho el comportamiento de los niños y estar ahí cuando sabes que la foto va a ser precisamente ESTA:

 Es otro tipo de fotografía, muy divertida, que a ellos les encanta. Les da igual estar ya despeinados o manchados de chocolate. Están con sus primos y con sus amigos y les recordará toda la vida lo bien que se lo pasaron el día de su Primera Comunión.

 Hoy día en las comuniones no falta detalle. En esta tuvieron Photocall con música, que triunfó muchísimo entre mayores y pequeños...


 Y como colofón final, un castillo hinchable. Un día 10 para Andrea y Martina, que siempre tendrán un bonito recuerdo del día de su Comunión.


































¡Espero que os haya gustado!

Y si tu niño o niña hace la Comunión próximamente no dudes en contactarme (info@ruthzabalza.com) Hacemos reportajes el mismo día o sesiones previas o posteriores. Pregúntame sin compromiso.

sábado

Una boda de invierno en Soria. Sara & Ramón






Hoy os traigo un reportaje de boda muy muy especial para mí porque es ni más ni menos que el de mi hermana Sara. Hay que ser valientes para casarse en Soria en pleno invierno pero así lo decidieron ella y Ramón. El motivo no era caprichoso sino más bien una razón de peso: querían que les casase nuestro tío, y él estaba muy enfermo, así que se lo pidieron antes de que empeorara. En muy poquito tiempo organizaron todo. Fue una boda íntima, llena de emociones y, como os digo, verdaderamente especial, en el pequeño pueblito que la vio crecer verano tras verano. La luz del invierno nos regaló colores tostados y tamizados, que dan a las fotografías un matiz muy romántico y poético.

 Sara no tuvo que buscar muchos vestidos porque se enamoró de este a primera vista, un vestido de crepe georgette de los años 60 de una preciosa boutique-sastrería de Barcelona, Babochka, que está especializada en piezas únicas vintage originales. También son de allí los pendientes y el broche de mariposa que le recomendaron poner en el cinturón del vestido y que le va que ni pintado. Precisamente babochka, el nombre de la tienda, significa mariposa en ruso.

Encontrar un abrigo que le gustase y que fuera bien con el vestido sí que fue complicado. Buscó y rebuscó hasta que finalmente encontró esta capelina de conejo, también de los años 60, en Kilombo Vintage

No quería unos zapatos cualquiera y tras mirar en tiendas de alta moda ¿sabéis dónde los encontró? en Zara, así como lo oís. Eran de tono mostaza y, por su forma, parecían antiguos de verdad: le iban a la perfección con el conjunto.


 Ella tenía capricho de una corona como la de Jane Birkin en su boda con Serge Gainsburg y yo misma se la regalé. Tenía clarísimo a quién encargársela, a Ana Tocados, con la que he trabajado en algunas producciones y sé que sus manos bordan todo lo que toca. Ana captó al instante lo que buscaba y le hizo esta maravilla preservada tan silvestre, con siemprevivas, olivo... ¡y hasta moras! Un regalo que conservará toda la vida, al igual que las fotos.

 El ramo, también precioso, es de Flores Cid Arte Floral, una floristería de Soria donde supieron asesorarla fenomenal. Lleva ramas de olivo, astrantia y nardos.

 Pero si algo tenía claro Sara desde que me llamó para pedirme que le hiciera las fotos es que quería hacer parte del reportaje en el huerto del tío, desde hace años poco cultivado y convertido en una especie de jardín gigante salvaje. Es importante para nosotros y lo era para nuestro tío. Allí ha tomado el sol Sara todos sus veranos, allí hemos recogido fresas, zanahoras, calabacines... allí hemos tendido la ropa, y allí la hemos visto crecer. Ese portón oxidado, al que ahora saca más de una cabeza, fue siempre esa puerta mágica que se abría a la naturaleza, al amor de la familia, a la serenidad y a la paz.

Dentro de la iglesia, sólo la familia más cercana y algunos amigos íntimos. Y, por supuesto, un papel importante para los sobrinos, que fueron los encargados de llevar los anillos y las arras. Llevaban ropa de La Casita de Mitos Roca y complementos de Cóndor. El cortejo de niños siempre aporta alegría y espontaneidad a una boda. 

La iglesia gótica, del s.XV, levantada sobre un primitivo templo románico del siglo XIII, alberga uno de los retablos de pintura más notables de Soria, y fue testigo de una ceremonia cargada de emociones. 


 A la salida no hubo pétalos ni arroz pero sus caras de felicidad lo dicen todo y también los gestos de los niños ;-)


 El chaqué quizá no encajaba mucho con este tipo de boda, así que Ramón eligió un sencillo traje y corbata de García Madrid

 Los que me seguís desde hace tiempo sabéis que siento especial predilección por las fotografías en blanco y negro...

 Pero sobre todo adoro las imágenes espontáneas, captadas al vuelo, que son las que realmente recuerdan cómo fue aquel día... fotografías que sólo pueden ocurrir en ese preciso instante. Son mi sello y mis favoritas sin duda.



Me gusta que los novios puedan volver a ver en unos años sus fotografías sin avergonzarse. Al revés, quiero que al mirar su álbum les vengan como en cascada cientos de recuerdos bonitos de ese gran día. Para eso están las fotos, para abrir puertas al pasado y revivir momentos.

 Al salir de la iglesia nos fuimos todos hasta el centro de la ciudad de Soria, donde se encuentra Baluarte, el restaurante con el que Óscar García se ha ganado a pulso una Estrella Michelín. En su reservado, de estilo minimalista, continuaron los momentazos que Sara y Ramón recordarán para siempre.


Espero que os haya gustado esta boda tan original y tan especial para mí. 

Si te casas y buscas un fotógrafo diferente, no dudes en contactar conmigo (info@ruthzabalza.com)